El nacimiento de una nación

Nauseabundo pero espantosamente actual fotograma
 Griffith (1915)
Hoy va de citas, lo he hecho la primera vez con el título de la celebérrima película de Griffith, tan conocida cómo denostada por todos aquellos que debimos analizarla durante la carrera, la forma no siempre justifica el fondo, cómo ocurre en muchas otras facetas de la vida, aunque en este caso el título y el racismo vomitivo de su argumento me vienen al pelo.
En segundo lugar me citaré a mi mismo, sé que esto no carece de cierto tufillo ególatra, pero esta reflexión que publiqué en Febrero para ilustrar el post llamado Rupturas me sigue sirviendo hoy para explicar mi posición respecto de la independencia de Sudán del Sur que más tarde matizaré:
"Durante estos días convulsos en el mundo Árabe, ha pasado bastante desapercibido el proceso de segregación en Sudán, finalmente, tras el referéndum de independencia amparado por la ONU y patrocinado por occidente, este verano nacerá un nuevo estado llamado Sudán del Sur. Este hecho ha sido, en general,  valorado muy positivamente por poner fin a décadas de guerra civil pero yo albergo dudas. Al sur nos encontraremos un país cristiano y rico en recursos naturales (turismo) y energéticos (gas, petróleo, metales, etc) que sin embargo no tiene capacidad económica ni estructural para explotarlos. En el norte, hallaremos un estado islámico, mucho más sólido históricamente y con infraestructuras de las que siempre dependerán los del sur para, por ejemplo, refinar hidrocarburos. O quizás no, tengo la impresión de que el afán por separar definitivamente a ambos viene de un interés lucrativo exterior por controlar la zona, temo que esta pacífica y suave tormenta se puede transformar en tempestad antes de lo sospechado [...] creo que la unión libre y la convivencia nos hace más fuertes, sospecho que la Unión Africana también lo piensa, o por lo menos eso se trasluce de su proyecto supranacional de los Estados Unidos de África. En definitiva, la historia nos demuestra que las rupturas en otros países como Vietnam, Yemen, Corea o Alemania trajeron años de tristeza y amargura que contrastaron con la algarabía de las reunificaciones."
Hoy ya ha ocurrido y sólo queda esperar, tras la lógica euforia inicial por la independencia luchada en una cruenta guerra civil con miles de muertos, ahora es el momento de la verdad, esperemos que tengan un gobierno honesto y democrático, que este cuente con el apoyo sincero de los países desarrollados y que las multinacionales petroleras que allí se instalen lo hagan para dar empleo a su población y pagar impuestos que favorezcan el bienestar y la educación universales mientras se construyen estructuras que favorezcan la llegada de un turismo sostenible.
Yo, sin embargo nunca podré dejar de recordar las noticias leídas, imágenes vistas e historias personales cómo la del hombre que un día fue niño y al siguiente se convirtió en soldado del ejército sudanés, he aquí la tercera referencia del día, publicada ayer mismo por el diario El país:
Tampoco olvidaré que estas atrocidades fueron aderezadas con el repugnante halo místico de la diferencia étnica y la confrontación religiosa, cómo tantas veces, antes y después del film de Griffith, las creencias vienen a otorgar razón absoluta al ignorante mientras traen miseria y destrucción.
Pero prefiero pensar en un futuro donde impere la altura de miras, la coherencia se imponga al absurdo, los que tienen que escuchar escuchen y los que tienen que gobernar gobiernen sin olvidar que la opulencia de pocos suele traer consigo la hambruna de muchos, estos niños que nos mostró Save the Children lo merecen.

Quiero creer en este mañana, porque si allí se produjese el milagro terrenal sería ejemplar para los demás y haría aún más inviable el mantenimiento de incongruencias históricas cómo las de una tierra que cada vez es menos santa y más infernal.
Vuelvo así a la narración del artículo precedente, olvidé mencionar pero recuerdo ahora que la observación de la chaladura jerosolimitana me obliga a inferir que quizás en Oriente Medio se ha perdido el contacto con la realidad y que puede haber llegado el momento de decidir por ellos. Mientras el gobierno israelí se radicaliza, el palestino sucumbe a la división interna que a su vez nutre el enquistamiento de una construcción nacional y todo ello por la ineptitud para el consenso que demuestran los que sin embargo sufrieron persecuciones y expulsiones seculares. Por lo tanto, cómo el germen de la cizaña parece encontrarse en la ciudad Patrimonio de la Humanidad y para evitar una decisión salomónica que partiese ese lugar, a lo mejor habría que plantearse una regencia global de Jerusalén que permitiese una vida en paz fuera de sus murallas. Por supuesto sería mucho mejor construir un sólo estado libre, multicultural, multiétnico y multirreligioso o incluso laico donde todo el mundo tuviese las mismas oportunidades y nadie fuese discriminado, pero a la vista está que su ofuscamiento les incapacita.
Me retiro con el ardor de estómago que me produce hablar de naciones y religiones pero en fin cada uno ha de hacer lo que piensa debe hacer y explicar lo que ve o cree que ve, hoy especialmente se lo dedico a ese tuitero hispanófilo residente en Estados Unidos que de vez en cuando me visita y supuestamente lucha contra los nacionalismos desde el nacionalismo, sus hilarantes argumentos, bandera al cuello e incongruencia exacerbada provocan mi caracajada y amenizan mi existencia virtual.
Aclaro por último que si hoy he hablado de escuchar, hacer y explicar no ha sido casual ya que algunos de mis sueños turbutópicos cobraron forma la pasada semana en un inusual discurso sabatino. 

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