Mi gran año cristiano

No sé si Dalí era cristiano o no, pero el arte es sólo arte
El Cristo de San Juan de la Cruz - 1951
Hace una semana, para mí, terminó un año y mirando atrás vi que una de sus características ha sido la alta dosis de cristiandad que aderezó gran parte de mi ocio.
Empecé mi periplo apostólico acercándome a la catedral de Santiago cómo suelo hacer todos años en el mes de agosto, siempre he dicho que el ateísmo no tiene nada que ver con la pasión por el arte y arquitectura que esta religión ha ido dejando a lo largo de los siglos, hoy ya sólo se construyen insípidas naves de ladrillo. Aprovecho la ocasión para solicitar que no usen nuestros impuestos para financiar semejantes bodrios arquitectónicos, cuando sea para rehabilitar la catedral me ofrezco voluntario... Sigo con mi visita, fue algo frustrante al no poder dedicarle el tiempo requerido por la muchedumbre que la abarrotaba al ser año Xacobeo aunque se compensó sociológicamente, observar el fervor religioso de cientos de personas reunidas en un mismo lugar es algo que siempre me deja atónito.
Ya de regreso comencé a deambular por eventos sociales de esos que suelen estar precedidos por ceremoniosos rituales ancestrales y suelen concluir con grandes ingestas de comida y alcohol, no deja de ser curiosa la necesidad imperiosa de pecar que se siente al salir de un templo. No miento si digo que durante el otoño y la primavera no me faltó de nada, asistí a bodas, bautizos, comuniones y funerales, creo que no desbarro si afirmo que hubo algún mes en el que asistí a la iglesia más veces que muchos fieles en todo el año. En fin cosas del respeto y la educación que debieran caracterizar nuestra convivencia.
Hasta aquí, todo habitual, pero un día, concretamente el segundo del año oficial, mientras disfrutaba de un fin de semana con amigos en un pueblecito de Segovia llamado Sotosalbos, decidí salir de paseo con mi hijo que recientemente, por decisión del hombre de blanco, se ha librado del limbo. Pasamos por la bella iglesia románica del lugar y decidí entrar, sin percatarme de que eran las doce y cuarto de un domingo. ¡Oh, sorpresa, estábamos en misa! Mi perplejidad era grande, pero nada comparada con la suya, a través de sus ojos y sus preguntas, me dí cuenta de que el hecho de ver un hombre ensangrentado colgado de una cruz es aterrador por mucho que la costumbre le haga pasar desapercibido a los ojos adultos. De esa extraña mañana me quedo sin duda con la capacidad del niño para permanecer atento en silencio mostrando una consideración hacía ese entorno bizarro que me hace pensar que quizás estamos haciendo las cosas bien.

¿Por qué el señor de blanco se llama cómo tú?
Cosas de niños

Cargado de religiosidad, no sospechaba que aún faltaba lo mejor, una carambola del destino nos llevó a suspender un viaje previsto a Cuba y acabamos en Jordania alquilando un coche, vehículo de nuestra peregrinación automovilística por los lugares que muchos consideran santos. Con la ayuda  de nuestra gran amiga Lonely Planet, recorrimos todo, y cuando digo todo quiero decir todo. Empezamos por los castillos cruzados, llegamos a vislumbrar el mar de Galilea, escenario de transfiguraciones bíblicas, para después regresar hacía el lugar exacto del río Jordán dónde parece que bautizaron al hombre que está colgado de una cruz en la lejana iglesia de Sotosalbos. Un sitio de nombre pomposo, Betania más allá del Jordán, en mitad de la nada que está sufriendo un boom de construcción eclesiástica desde que lo visitase allá por el 2000 un papa convertido a santo, sin ánimo de ofender, lo podríamos llamar, "Cristolandia". No tuve más remedio que darme un baño en ese mítico y místico río degradado a riachuelo de aguas estancadas, al no estar bautizado quizás esto me sirva para depurar mi alma infiel. Luego descubrimos, que en la otra orilla, en un país llamado Israel (o quizás Palestina si le dejasen) están construyendo otro parque temático que bautizaremos cómo "Cristoworld", no debemos menospreciar el poder del turismo beato pero yo ya no sé si me he remojado en el lugar correcto porque el suyo es otro, quiero quedarme con la ilusión de que sí. Pasamos por otros paisajes que supuestamente albergaron las ciudades más sugerentes y divertidas del mundo hasta el surgimiento de Las Vegas, desgraciadamente ya sólo queda la estatua de sal de una mujer sin nombre conocido que estuvo casada con Lot y un precioso mar estancado por castigo divino, perdón por la reiteración pero parece que allí se ha estancado todo, especialmente el sentido común. Tras ver el mapa de tierra santa en la iglesia de san Jorge y verla desde el monte Nebo, decidimos llegar más lejos que Moisés e ir a ella, sin querer enfadarle claro, menudo carácter se gastaba el personaje. Por fin nos vimos allí, en Jerusalén, en el santo sepulcro, el sancta sactorum de la cristiandad, pero eso ya lo conté en su momento y es difícilmente descriptible con palabras.
Tras la epopeya vacacional descrita, cabría pensar que ya no me quedaba nada más por presenciar, pero otra casualidad provocada por la agenda me llevó a estar en Madrid durante el encuentro de los jóvenes, y no tan jóvenes con su germánico pontífice. Sobre esto, poco que decir, cada cuál a lo suyo, pero confieso que aún no he encontrado un colirio que me libre de la sequedad ocular provocada por la ojiplatía crónica que desde entonces padezco y añado una consideración personal, las dogmáticas manifestaciones contra-religiosas creo que travisten la filosofía ateísta en fe.
Hasta aquí mi gran año cristiano, un año en el que también escribí mi epístola de despedida divina. El presente no lo he comenzado con la visita compostelana porque aún sufro delirium tremens christianus pero con toda probabilidad volveré. Mientras tanto concluiré revisando una vez más la película de los Python, nunca se sabe, quizás Bryan soy yo...




Algún día os contaré cómo y por qué cuadré el círculo de casarme por la iglesia sin estar bautizado y sin engañar a nadie. O puede que no lo cuente jamás...

PD: En pocas ocasiones puedo usar latinajos, pero... ¡Qué divertido es pardiez!

Comentarios

  1. Felicidades me ha gustado mucho,¿Sabias que la peregrinación a Fisterre, pasando por Santiago, no es cristiana sino pagana?, la Via láctea resulta ser anterior

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  2. Gracias a ti efp. Algo he leído u oído, pero es muy cierto que muchas de las costumbres religiosas son herencia de un paganismo anterior y se repiten a lo largo, no ya de los siglos sino de los milenios. Sin entrar al detalle te diré que por ejemplo me hace gracia ver a la curia reunida, no sé si te has fijado pero es lo mismito que una peli de romanos y creo que tampoco es casual, también es una herencia del imperio.
    Ciao

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  3. TODAS las costumbres religiosas son herencia del paganismo. TODAS.

    ¡Qué buen rollo me da siempre esta canción!

    PD: guapísimo el nene

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