¿Y ahora qué?

Este joven Sec. Gral fue capaz de dimitir para hacer valer sus valores
En el 79 hubo dos congresos
En el 2011 debe haber sólo uno, democrático y que cohesione
Tantas veces nos hacemos esa pregunta a lo largo de nuestra existencia que resulta imposible contarlas y recordar las causas que la suscitan. El fallecimiento de un familiar, la perdida de un empleo, una ruptura de pareja, un negocio fallido cuya deuda nos persigue o una enfermedad que nos obliga a cambiar nuestra dieta y optar por modos de vida más saludables, muchos motivos para una misma pregunta. No siempre somos conscientes de formularla pero a menudo está en el origen de las decisiones futuras, a mi me sucede incluso cuando finalizo una novela que ha llenado de satisfacción horas e incluso días. La sensación de orfandad que queda tras terminar algunos libros sólo se mitiga pregúntandome qué leer después. Abandonar la afición por la lectura para no pervertir el buen sabor de boca que me dejó la última no es una opción, por lo tanto opto por cambiar radicalmente de género o de idioma para no caer en la comparación y poder comenzar una nueva aventura.
¿Y ahora qué?

Ahora a hablar de política, porque es la ciencia de los y ahoraqués y porque es lo que toca.
Después, dejar que quien ha vencido gobierne y quien ha crecido se organice para una nueva etapa de más responsabilidad, todos ellos deben prepararse para representar dignamente a los ciudadanos que les han otorgado su confianza y que en este momento de la historia, sin duda, fiscalizarán la función pública diligentemente.
Mientras tanto... El mientras tanto sólo atañe a los socialistas, a los que estamos o nos sentimos próximos a esa ideología y al partido que la representa, sí, que nadie se asombre, pese a quien pese, el Partido Socialista sigue siendo el que mejor representa los valores históricos del socialismo. Cuando hablo de proximidad me refiero a cualquier tipo de cercanía, desde la militancia de base, a la simpatía o afinidad pasando por los cuadros del partido, todos cuentan. Recuerdo una anécdota muy ilustrativa que me contó mi amigo Pablo, me habló de un encuentro de diferentes personas con dos puntos en común, el ámbito profesional universitario y su sensibilidad social. En dicha reunión, uno por uno iban exponiendo puntos de vista políticos que finalizaban con el latiguillo:
- "Conste que soy simpatizante, no militante"
Hubo un tiempo en que la militancia en un partido se veía como una tara, o sea como algo propio de tarados, en cierto modo esa actitud sigue vigente hoy. El caso es que, en un momento dado, uno de ellos, para sorpresa de los demás, afirmó tras su perorata:
- "Lo mio es peor, yo soy militante, no simpatizante"
Me sirve esta historieta para constatar que es imposible convencer a la sociedad de un proyecto si uno sólo de los afiliados al grupo que lo promueve se siente alejado o incluso aislado del mismo, me resultaría muy difícil venderle a alguien un Mac haciéndole una demo con un PC por no sentirme cómodo con el sistema operativo de Apple.

Desde luego nos enfrentamos a un momento convulso que habrá que gestionar con mesura, serenidad y sobre todo inteligencia colectiva. Estoy seguro de que juntos lograremos aprender de los errores y extraer de esta crisis las conclusiones que nos lleven a abanderar y exportar una reforma global del proyecto socialista, su ideario y sus objetivos. Como ya sugerí aquí, creo que ha quedado meridianamente claro que la socialdemocracia, el socioliberalismo o la propia internacional socialista - viene a ser lo mismo - no ha sabido/podido manejar la situación en un contexto económico internacional trémulo que estoy convencido habrá de llevar a un cambio de ciclo y a un nuevo paradigma económico, político y social. El PSOE es el segundo partido socialista más antiguo que existe y sé que es posible aprovechar esta situación para convertirlo en el más moderno desarrollando una nueva forma de hacer política. Es urgente sentar unas bases que sirvan para construir una democracia más participativa, un sistema económico más solidario y una sociedad más igualitaria pero para eso hay que empezar en casa construyendo un partido más democrático con un presupuesto más austero y una organización más horizontal. Nada es más socialista que escuchar con atención las demandas de la sociedad porque sin soporte social no hay socialismo.

Trabajar todos, significa todos sin exclusiones, no sólo la militancia que hoy se rebela, en la ejecutiva hay personas valiosas que no deben ser menospreciadas por los cargos que ostentan. Hay que dialogar mucho, hay que hablar sin ampararse en el anonimato y decirse las cosas a la cara, de lo contrario volverá la escisión por familias como a lo largo de la historia ocurrió con los tercistas, guerristas, renovadores, izquierdasocialistas y otros grupúsculos que al final diluyen los principios y provocan que la ciudadanía no vea nada a través de la opacidad de nuestro discurso.

Ayer, de camino a IFEMA observé que las señales indicadoras desaparecen de repente y hay que guiarse por el instinto o el conocimiento, yo supe llegar porque conozco bien el destino y el camino pero estoy seguro de que muchos forasteros se perderán. Tan importante es conocer la ruta y la meta como saber explicarla a los demás.

Aquí la voz la base a la espera de que se pronuncie la cúpula y deseando que cesen las discusiones estériles, tras ellas sólo hay un fondo de saco.



Hace no mucho; allá por 2002, el PS se quedó fuera de la segunda ronda en los comicios presidenciales franceses viéndose obligado a apoyar a la derecha para evitar a la extrema derecha, entonces todos se preguntaron: ¿Y ahora qué? Difícil pregunta en aquel momento pero hoy sabemos que el año que viene, justo una década después, hay una posibilidad cierta de que Francia elija al segundo presidente socialista de la quinta república. Lo malo es que a pesar de todo será un presidente coyuntural porque ellos tampoco han reflexionado en profundidad sobre los pilares ideológicos que deben sostener el socialismo del siglo XXI.
¿Y ahora qué? Progreso, Sabiduría, Organización y Esfuerzo.


PD: Algunos intentaréis aprovechar las circunstancias para lograr saciar vuestra sed de poder, andad con ojo, el arribismo es un mal que se diagnostica y detecta facilmente.


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