Cien x Cien
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas Albert Einstein |
Presencio habitualmente cómo la gente se enroca en defensas inquebrantables a un equipo de fútbol, partido político, religión, literato e incluso en conceptos e ideas seudo-filosóficas enterrando la objetividad bajo toneladas de prejuicios que resultan ser más sólidos que el hormigón armado.
Durante interminables semanas he visto por ejemplo cómo seguidores de un club defendían numantinamente sus colores buscando todo tipo de excusas, en algunos casos conspiranoicas, sin ser capaces de reconocer la explicación más obvia, el rival es simplemente mejor. 100% seguros - 0% fiables
En los últimos días me he avergonzado al escuchar a opinadores de distinta calaña afirmar sin rubor la ebriedad de un personaje popular tras sufrir un terrible accidente de tráfico, abandonando así, no sólo la ética profesional que debiera primar si no cualquier rastro de piedad hacia la vida de un ser humano y su entorno. Parece que el atestado policial contradirá las afirmaciones pero ya será tarde. 100% seguros - 0% fiables
Me ha sorprendido también asistir a una vehemente bronca tuitera entre dos personas de semejante y contrastado empaque intelectual sobre lo que para ellos significa con toda certeza la democracia, omitiré nombrarlos por el aprecio que les tengo a ambos, pero zanjaron el tema mandándose mutuamente a paseo y al diablo de una forma un tanto valleinclanesca, puestos a finalizar agresivamente una discusión se me ocurren expresiones más modernas y claras. 100% seguros - 0% fiables
No puedo olvidar tampoco la subjetividad estomagante de ciertos historiadores que creen firmemente en su ficcionada visión sobre personajes que parece que no fueron lo que ellos argumentan que eran o hechos que directamente nunca sucedieron. El tema de la fe lo dejaré estar ya que ejemplifica el cienporcienismo por si misma. 100% seguros - 0% fiables
La política, por fortuna tan de moda últimamente, requiere una análisis más detallado. Digo por fortuna, porque me temo que el pasotismo ha sido el ingrediente que ha cortado la mayonesa democrática, en él se han apoyado los partidos para mantener un sistema escasamente participativo pero muy lucrativo para algunos. En este punto podría deducir que debemos responsabilizar al sistema partidista del cien por cien de nuestros males, nada más lejos de la realidad, eso es simplificar hasta el boceto un cuadro que tiene muchos más colores y matices. Es la futbolización de la política que practicamos la que nos lleva a culpabilizar de todo a unos y celebrar con banderas y cánticos la llegada de otros que se presentan cómo salvadores sempiternos del estado de bienestar liberal. Por supuesto todos tenemos fobias y filias pero considero un error cegarse por la oscuridad de unas o luminosidad de otras, me resulta más útil utilizarlas para centrar el esfuerzo en lo que me ocupa y preocupa, desestimando lo que no. Dicho de otra forma, obviaré volver a criticar el neo-liberalismo imperante que no me interesa nada e intentaré colaborar en la construcción un neo-socialismo que represente el sentir progresista de una minoría muy mayoritaria.
Una mirada introspectiva me revela que la mala praxis está relacionada con el mal uso de la preposiciones:
- Apoyé y apoyo la Revolución de Mayo, PARA cambiar las cosas no POR dar una lección a nadie si bien dejo un margen para confesar que no comparto la prolongación innecesaria de campamentos aunque sí una actividad constante e indefinida en la red que provoque acciones directas y callejeras cuando sea necesario.
- Puedo defender y defiendo la idoneidad de un candidato PARA que escuche y aplique lo que la ciudadanía demanda no POR su perfil ni sus dotes dialécticas.
- Respaldo y me adhiero a los movimientos reformistas surgidos o que surjan, PARA apoyar su elaboración ideológica y no POR los individuos que en ellos encuentre aún sin rechazar ningún rostro visible antes de darle la oportunidad de expresarse o actuar.
- No creo que el presidente de un gobierno deba seguir dirigiendo el partido que le aupó, es contradictorio con la alabada y añorada separación de poderes. Sin embargo en el ejercicio de la función legislativa PARA la que ha sido electo, sí deberá mantener el ideario secundado POR la masa social que le sostiene.
- Ganar por ganar roza lo absurdo. No se debería aspirar a vencer una contienda electoral POR un motivo si no PARA un fin. Los programas electorales deberían representar una relación contractual con el ciudadano, su incumplimiento podría ser causa de despido procedente.
Puedo inmediatamente cambiar de parecer sobre cualquiera de estas cuestiones POR no estar cien por cien seguro de ninguna de ellas o PARA mejorarlas con la ayuda de los que me rodean.
Veamos una secuencia de tres vídeos que creo muestran cómo el forofismo puede producir una visión distorsionada de la realidad, cómo estar seguro de algo no es siempre garantía de éxito y cómo algunos políticos se alimentan del fervor ciudadano con la lejanía propia de las alturas de su posición. Recomiendo ver los tres primeros minutos de cada uno, no me hago responsable de los daños cerebrales, reversibles o no, que estos pudieran provocar.
MAYO 2007: EUFORIA...
UNOS MESES MÁS TARDE: DECEPCIÓN...
HACE DOS SEMANAS: RÉPLICA DE DISCURSO EUFÓRICO...
Ni me engaño ni pretendo hacerlo, sé que estos eventos son similares a otros de diverso colorido que podemos encontrar en la hemeroteca o hemos visto en distintas circunstancias y lugares.
Menos ego y más reflexión. Menos pereza y más trabajo. Puede ser un esfuerzo inútil si hago caso a lo que me dijeron el sábado con una convicción a prueba de balas utópicas: "muy bonitos tus sueños pero el mundo no es así". Pero puede ser que el empeño dé sus frutos y, desde las ideas, un 100% de seguridad sea premonitorio de un 0% de fiabilidad.
Por supuesto, otra opción es mantener el cien por cien de confianza sobre la idoneidad del modelo de siempre, pero entonces, aparte de rimar con deidad, habrá que dar la razón a los que dicen que el cien por cien de los políticos son iguales.
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