Con el culo al aire

Nicholson con el culo al aire en
"Something's gotta give" (2003)

Pocas cosas hay más democráticas, socialmente igualitarias y fraternales que pasear por el pasillo de un hospital con una bata raída que deja asomar nuestro honroso culo. En ese momento no hay distinción alguna y puedo imaginar que para un cirujano que nos tiene abiertos en canal sobre su mesa en quirófano tampoco. En un hospital público no hay apellidos, sólo nombre propio. En un hospital público sólo tiene sentido el tuteo porque los formalismos sociales carecen de sentido mientras se limpia ese culo que después asomará tras la bata rasgada. En un hospital público todos comemos lo mismo porque no existen más caprichos que los puramente terapéuticos y esos sólo los puede marcar un Doctor.

Sí, también se trata de esto y puede que en el anterior artículo realmente me quedase en blanco y no llegase a acertar con el quid de la cuestión pero las celebraciones navideñas también sirven para charlar, completar una opinión o incluso rectificarla si fuere menester. Un sólo comentario de un tío mío bastó para percatarme de que había olvidado la pieza estratégica e ideológica que fundamenta el robo sanitario que se está perpetrando: el egoísmo puro y duro. Este tío mío - uno de esos que te tocan en la lotería del matrimonio y que con los años reconoces como propio - resulta que es médico y resulta que además nació con la fortuna de traer la sensibilidad social instalada de serie, él me comentó sencillamente que todo se resume a lo de siempre, hay personas que no ven más allá porque su más acá egocéntrico y acumulador no se lo permite. No deja de ser curioso, por cierto, que estadísticamente la mayoría de estas personas afanadas en dejarnos con el culo aire para tener bien tapado el suyo, suelen creer en un Más Allá que jamás han visto ni verán, ironías. Pues estos seres vivos - no sé si llegan a humanos  - tienen representantes políticos y esos representantes, representan sus intereses que no son otros que no dejarse ver el culo nunca más ante un inferior, sea este compañero de habitación o celador.

Así llegamos a lo mollar, estos tiparracos herederos de la tiparraca nunca entenderán por qué teniendo más recursos, a la hora de la verdad, cuando la dolencia es grave, tienen exactamente el mismo derecho y mismo trato que un muerto de hambre cualquiera. Esto ni lo han entendido nunca, ni lo entienden hoy ni lo van a seguir consintiendo, al igual que tampoco consentirán que el hijo de un campesino emigrante termine su ingeniería antes que el cazurro holgazán de su hijito fiestero. Y en esto estamos cien años después, otra vez a vueltas con la lucha de clases, en esta ocasión unos intentan restaurarlas y otros pretendemos defender con uñas y dientes que nos tenga que enseñar el culo hasta el mismísimo rey de España  si fuese necesario.

Mientras tanto, la hija de mi tío se fue. Ella es prima de mi mujer, me gustaría considerarla como prima propia pero no puedo porque apenas hemos coincidido, quizá porque cometió un día el acertado error de convertirse en médico y eso suele hacer incompatibles horarios y vidas con el común de los mortales.  En estos momentos, tras una larga travesía del desierto, la hija médico de mi tío médico vive en una pequeña ciudad holandesa, trabaja en un hospital público y el próximo mes, tras años de lucha, cobrará al fin un salario acorde a su capacidad como cardióloga - esta palabra en femenino me hace saltar el corrector automático pero me importa un pimiento - y a su indiscutible formación médica. Es probable que la hija médico de mi tío médico ya no regrese, es probable porque su novio - también médico porque también sacrificó acertadamente años de su vida para ello - parece que será bienvenido en el mismo hospital, allí están encantados de recibir a los profesionales jóvenes y cualificados que aquí expulsamos. Se nos van los cerebros y se nos acumulan los políticos descerebrados  y así, sin educación igual para todos, sin sanidad igual para todos y sin profesionales que estén dispuestos a seguir luchando en soledad, pasan los meses, pasan los años, pasan las décadas y nos vamos irremisiblemente quedando, todos o casi todos, con el culo al aire.

Os deseo un saludable año 2013, más os vale porque como os pongáis malitos...

At the same time, far, far away...
The president of the United States of America is alerting his country of the real perfect storm, the "american way of life" great earthquake. He promised to conserve the country's health protection, he sweared he would never touch the health programs, nor the Medicaid nor the Medicare. So I guess you, american citizen, must trust him because he's Nobel of Peace awarded and I presume he doesn't want to go down in history like the president who ignited the wick of an unexpected american social revolution just two months after his election.
But don't worry, american citizen, your health service will always have customers from Spain. Here in Spain, lots of people keep collecting money or bottle caps in order to keep their faith alive. They blindly believe on the miraculous sanation of their sons, daughters, brothers, sisters and parents in your country . They will never accept that there's nothing you can do for them if we were unable to do anything in one of our exceptional public hospitals. But this is true just for the moment because some stupid spanish polititians are doing their best to wreck one of the top health systems in the world.
Good luck and take care of your health, we'll keep on fighting for ours before becoming like zombies...




PD: La última parte del post la escribo en inglés porque tuve la fortuna de aprenderlo en parte a costa del dinero de mis padres, mea culpa, pero de eso se trata también, de luchar por que todos tengan la misma oportunidad con o sin dinero.

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