Siria, lo urgente y lo importante…



Hoy, inevitablemente, recuerdo y parafraseo al Maestro Quino que solía refrescar memorias y despertar conciencias a través de la voz de la niña -no tan niña- Mafalda. Porque a veces, muchas, la urgencia causa amnesia y el olvido es el germen de la injusticia. Por eso hoy hablaré de Siria...

En marzo de 2021, habremos sido capaces de controlar la COVID, o quizás no. En marzo, los Estados Unidos de América tendrán un nuevo Presidente, o quizás no. En marzo, nuestros hijos e hijas seguirán asistiendo a sus escuelas presencialmente, o quizás no. En marzo volveremos a viajar y regresará el turismo a España, o quizás tampoco. Lo que es bastante improbable es que, en marzo del año próximo, ninguna de estas variables tenga influencia alguna en la situación actual de Siria.

Sea como fuere, el próximo día 11 de marzo, sin duda alguna, se "conmemorará" el primer aniversario de la declaración de Pandemia de la OMS. Cuatro días después, el 15 de marzo, otro aniversario debiera hacernos reflexionar, se cumplirá una década de la mal llamada "Primavera Árabe" Siria, fecha “oficial” del comienzo de la más cruenta guerra civil del presente siglo y probablemente del anterior, contienda aún vigente en algunas regiones que difícilmente cesará en los próximos meses. Diez años de horror y abandono, diez años, la edad de mi hijo menor, la edad de los hijos de muchos ciudadanos sirios que no han conocido otra realidad que la guerra desde que nacieron.

Las efemérides son curiosas, y yo también, tengo curiosidad por saber si los noticiarios y diarios de marzo de 2021 dedicarán más tiempo a la primera o a la segunda. Miento, no tengo curiosidad alguna pues tengo la certeza absoluta de que el aniversario del SARS-CoV-2 devorará cualquier otra noticia, porque este virus arrasa con todo y ha traído muchas desgracias, la mayor de todas, el olvido, cualquier tragedia pendiente anterior a su llegada quedó enterrada bajo toneladas de indiferencia.

Pero Siria sigue allí, como se afanan en recordarnos organizaciones como la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio, única dedicada en exclusiva a cooperar en la reconstrucción educativa y social del país. Siria sigue allí, en la otra punta del Mediterráneo. Medio millón de personas se fueron para siempre y más cinco millones huyeron del país. Pero Siria sigue allí, con sus más de seis millones de desplazados internos y trece millones de seres humanos con necesidad de ayuda humanitaria urgente. Los hijos de Siria necesitan volver a la normalidad, no a la nueva normalidad, a la normalidad, a secas, escuelas, formación, asistencia médica, juegos y sonrisas.

Por eso, porque Siria sigue allí y solo puede - solo debería - mejorar, escribo hoy estas líneas y me comprometo a cooperar con ella, aunque sólo sea refrescando memorias como hacía Quino. No dejemos que lo “urgente” devore lo “importante”, atrevámonos a contradecir a Mafalda, escojamos memoria y acción frente a olvido e indolencia, esa elección siempre está en nuestras manos.

PD: Si queréis saber más visitad la web de AAPS https://www.aaps.es/

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